Tenían razón,
Mis amantes en eso de que antes,
El malo era yo.
Con una excepción,
Esta vez, yo quería quererla querer,
Y ella no.
Mis amantes en eso de que antes,
El malo era yo.
Con una excepción,
Esta vez, yo quería quererla querer,
Y ella no.
(...)
Desde el taxi, y haciendo un exceso,
Me tiró dos besos,
Uno por mejilla.
Y regresé,
A la maldición del cajón sin su ropa,
A la perdición de los bares de copas,
A las cenicientas, de saldo y esquina.
Y por esas ventas del fino Laína,
Pagando las cuentas de gente sin alma,
Que pierde la calma con la cocaína.
Volviéndome loco,
Derrochando la bolsa y la vida,
La fui poco a poco, dando por perdida.
Y eso que yo,
Para no agobiar con flores a María,
Para no asediarla con mi antología,
De sábanas frías y alcobas vacías.
Para no comprarla con bisutería,
Ni ser el fantoche que va en romería,
Con la cofradía del Santo Reproche.
Tanto la quería,
Que tardé en aprender a olvidarla....
Desde el taxi, y haciendo un exceso,
Me tiró dos besos,
Uno por mejilla.
Y regresé,
A la maldición del cajón sin su ropa,
A la perdición de los bares de copas,
A las cenicientas, de saldo y esquina.
Y por esas ventas del fino Laína,
Pagando las cuentas de gente sin alma,
Que pierde la calma con la cocaína.
Volviéndome loco,
Derrochando la bolsa y la vida,
La fui poco a poco, dando por perdida.
Y eso que yo,
Para no agobiar con flores a María,
Para no asediarla con mi antología,
De sábanas frías y alcobas vacías.
Para no comprarla con bisutería,
Ni ser el fantoche que va en romería,
Con la cofradía del Santo Reproche.
Tanto la quería,
Que tardé en aprender a olvidarla....
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